LA FELICIDAD

LA FELICIDAD, COMO EL ESTADO DE REALIZACION
 DE LA PROPIA FE

Hoy tenemos una tendencia muy marcada a convertir la felicidad nada más que en un estado de placer. Nos hemos olvidado de aquel viejo concepto griego y judeocristiano que asociaba la felicidad a un proyecto de vida y a la paz de la conciencia, una paz que se lograba con la certeza de haber trabajado por ese proyecto. Por lo tanto, esa felicidad podía muy bien convivir con el sufrimiento y aún con el rechazo colectivo, que suelen ser lo contrario de lo que busca el placer".

Tomás de Mattos

El mundo en su permanente dinámica y devenir persigue a cualquier precio y de manera inconsciente un estado de placer sensorial que popularmente, indiscriminadamente y equivocadamente es llamado FELICIDAD; sin embargo tal estado perseguido dista mucho de contener y acaparar todo aquello que implica un real estado de felicidad, que podríamos definir para el caso que nos implica, un estado de FE altamente desarrollado, por así decirlo.

La sociedad actual, en general, es resultado de múltiples factores históricos, políticos, y económicos que han facilitado y conllevado a la construcción de referentes existenciales y filosóficos en las masas que omiten la mirada hacia el interior del ser humano y todo lo que ello implica, focalizando su atención en maneras eficientes y “practicas” de mitigar cualquier mal-estar o mal-sentir; de esta manera los métodos o procedimientos que adormezcan la conciencia de nuestra propia verdad y la responsabilidad que tenemos en ello están bienvenidas.


Es amplía la oferta de rápidas y económicas soluciones(en termino de recursos personales)que el mercado de la globalización ofrece, desde multivariedad de alimentos atractivamente industrializados y empacados hasta tecnología de punta que distrae y ocupa la totalidad del tiempo si se desea; drogas y sustancias que hacen perder el sentido de realidad, libertad sin límites, constructos teóricos que pretenden osadamente explicar “la realidad” y dar sensación de control del mundo externo y; en el mejor de los casos, invitaciones a experimentar la “Paz Total” a través de algún pseudoproceso meditativo son otras tantas de estas soluciones. De esta manera la cultura de consumo ha fomentado una mentalidad mercantilista y explotativa incluso de los procesos religiosos y de la FE, ubicando como criterio de validez la ganancia de dinero y de placer que estos otorguen; de este modo es que los seres humanos hemos tergiversado a través de nuestra indiferencia con nosotros mismos el verdadero significado de la palabra FELICIDAD.

LA FELICIDAD

Para abordar de una manera más ilustrativa el concepto FELICIDAD que se pretende exponer, se desglosara la palabra felicidad en tres partes; la primera silaba FE; las dos intermedias LICI y el sufijo IDAD, dando a cada parte su correspondiente significado y posteriormente un significado general. EL sufijo IDAD hace referencia a que posee determinada característica, que la contiene; la palabra LICI hace referencia a que es legal, que está aprobado, que es aceptado... entonces, podemos mencionar que la FELICIDAD es el estado vivencial de una persona que ha realizado y/o desarrollado de una manera apropiada la FE....pero, que es la FE?; he ahí un asunto que si bien no puede explicarse o teorizarse como ley universal ya que su abordaje no puede ser realizado a través de métodos empíricos o experimentales; por ser una experiencia humana, se puede logar una aproximación fenomenológica de su vivencia que permita describirla.


En primer lugar hablar de FE, es hablar de un “fenómeno” humano trascendente de lo material, de lo tangible, de lo perceptible a los órganos de los sentidos, que se manifiesta a través de procesos psíquicos, sin que eso signifique que se pueda estudiar a través de ellos[1]. La ontogenia de la FE no pertenece al campo material, por ello no puede ser estudiado a priori a través de los métodos empírico-analíticos actuales; sino  a posteriori de su vivencia, porque hablar de FE es hablar de lo humano, es hablar de sí mismo, es develar la naturaleza original de cada persona.

Como ya se ha mencionado, Intentar conceptualizar y operacionalizar el concepto FE es una tarea quimérica, puesto que un objeto de estudio debe contar con un método específico y un lenguaje para tal y los métodos académicos existentes se  “quedan cortos” al pretender abordar un fenómeno sobrehumano.

LA FELICIDAD

Se puede afirmar entonces que la FE es una condición sujeta a la naturaleza espiritual del ser, cuya funcionalidad es servir de faro, servir de guía interna en esa búsqueda real y genuina de bien-ser y bien-estarde las personas; y cuando la FE ha permitido descubrir las características másesénciales de lo humano y su verdadera posición en el mundo se empieza a experimentar confianza en el futuro y a actuar en consonancia a ello.La FE es el camino que nos lleva a descubrirnos como espirituales y como potencia de bondad.

En consonancia con la idea expuesta en inicio, la FELICIDAD es el estado experimentado por aquella persona que se sitúa en su ser espiritual, descubriéndose eterno, subordinado a un todo controlador, con tendencia  a la bondad y al servicio a los demás. Una FE madura es aquella que nos permite encontrarle sentido y darle repuesta a las situaciones que se experimentan en la vida, sean placenteras o displacenteras;  una FE madura es la que nos hace actuar en favor de sí mismo, de los demás y del universo sin espera de recompensa, una FE madura es aquella que nos permite vivenciar y saborear dulcemente el sacrificio, la entrega y el dolor; pues solo una FE madura es la que nos permite experimentar el amor real.

El placer sensorial y la idea aparente de control es lo que falsamente se busca como felicidad, es querer lucir el brillo del oro en joyas baratas que prontamente se opacaran; cuando se acepta el placer sensorial como felicidad, prontamente aparece la frustración, y esta a su vez, si se carece de una FE así sea incipiente, nublara aúnmás nuestra disposición hacia el encuentro con nuestra esencia espiritual, pero por el contrario, una verdadera FE cobra sentido en mayor proporción cuando las circunstancias se presentan adversas a ella y el entrenarnos en poder percibir la diferenciación entre felicidad y frustración posibilita y potencializa el autoconocimiento de la FE propia. Este proceso permanente y cambiante durante la existencia humana, al ser comprendido de la manera correcta va situando a la persona, poco a poco, en el plano de la trascendencia, entendido como el plano en el que uno se da a algo o a alguien haciendo externalizar lo mejor de sí, para situar a la persona en el plano de la armonía.

Cuando nuestro proceso de FE nos permita poder observar la perfección de las situaciones que nos rodean, incluyendo a los demás, incluyendo el sufrimiento y el sacrificio; y cuando nuestro proceso de FE nos revele que el placer real se experimenta en dar todo y  lo mejor de sí para que otros avancen también en su proceso de FE, podremos decir que hemos encontrado LA FELICIDAD.

 Viviana Briñez